Mariposa

fotografía: Lindy Dugger
Me hallaba en mi tienda, aburrido y tranquilo. No había muchos clientes a la mitad de la semana, y no tenía otra cosa que hacer que esperar y escuchar música. Me levanté de mi asiento y me asomé a la calle. Algo pasó revoloteando frente a mi rostro y entró a la tienda. Era una cosa de un tenue color verde, una mariposa. La seguí con la mirada. Dio algunas vueltas frente a los uniformes deportivos, se acercó con ese volar tembloroso suyo a los balones de voleibol, se detuvo sobre la flor de resina ornamental que está encima de una bocina, pero emprendió el vuelo inmediatamente, tal vez asustada por las guturales vibraciones del Death Metal que despedía el aparato, más probablemente decepcionada por la inexistencia de alimento en ese plástico mundo ilusorio, tan parecido al nuestro.
Después de golpear el cristal de un aparador, alcanzó la salida. Volví afuera con ella. Dio algunos giros y piruetas atrevidas y fue a posarse sobre el pavimento ligeramente húmedo, movió las alas por última vez. Imaginé que escuché su llanto. Volví adentro. Apagué la música, y esperé en silencio la hora de cerrar.
Jorge Villaruel
Etiquetas: amigos, arte, fotografia, Literatura
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