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Tony Kings

Joven habitante de la Ciudad del Caos (Distrito Federal), que busca emanciparse ante el complejo mundo de sinsabores, sinsentidos y divagaciones que representa el mundo actual. Dotado de una visión surrealista de los acontecimientos cotidianos, ha decidido dejar libre al compendio de ideas que fluyen a través de su mentalidad y captarlas en líneas escritas por el ordenador, las cuales son contenidas en una prisión de 1024 X 768. Vaya usted a saber por cuánto tiempo. Actualmente se desempeña como locutor de Sopitas FM y realizador audiovisual del sitio Sopitas.com.

¿Qué hay de nuevo?

De discos, de música, de conciertos, de reseñas, de películas, de fiestas, de videojuegos, de trapos, de sneakers, de dunks, de arte, de Internet, de libros, de revistas, de lo que quieran.

El baúl de los recuerdos

Y luego de tres años, estoy de vuelta por acá...


Pues sí. Luego de años (literalmente) de hacerme bien pendejo, he decidido regresar a escribir cosas al blog. Puta, la palabra “blog” suena taaaan de los dosmiles, goeeeeee; pero finalmente creo que es un buen ejercicio el vaciar los pensamientos en estos textos sueltos que periódicamente estaré colgando por acá.

Reviso las entradas y la última es de 2010. Ha pasado mucho tiempo. Y lo que más me asombra es la “velocidad”, por decirlo de algún modo, con la que se me han pasado estos tres años desde que escribí mi última entrada (la cual, por cierto, ni siquiera redacté yo, sino mi querida Sara DeLille cuando andaba por allá en TCLY). Tres años en los que mi vida ha cambiado, las cosas han cambiado, mi apariencia ha cambiado (poco, pero cambió a final de cuentas) e incluso la gente a mi alrededor ha cambiado.

Debo decir que, afortunadamente, estos cambios han sido para bien. Justamente en 2010 terminé la carrera, entré a trabajar a LISA, la misma agencia que me abrió las puertas en sopitas.com y que ahora se ha convertido en mi casa y un lugar en el que diario aprendo algo nuevo y me ha permitido realizarme a nivel profesional; inicié mi carrera como locutor, conocí a muchas personas muy valiosas que hoy en día se mantienen vigentes y me nutren a diario, y un chingo de cosas bien fregonas que se han ido suscitando sin darme cuenta.

A tres años de haber colgado algo por acá, debo decir que me encuentro en un punto muy interesante de mi vida. No les miento, los cambios que mencionaba líneas arriba también han traído sus “bemoles” (pinche palabra tan más pretenciosa, goooeee), ya que muchas personas que me acompañaban por allá de esos años desafortunadamente (y afortunadamente, en algunos casos, por qué no) se han ausentado o desaparecido por completo, tengo mayores responsabilidades y preocupaciones y ya me pegan las agruras, lo cual me hace sentirme ruco; y también me han pasado dos-que-tres cosas que la neta hubiera preferido no experimentar (de las cuales en algún momento les platicaré, ya que creo son material para otro post).

Pero bueno, el punto es que les decía que estoy en un momento muy interesante de mi vida. He logrado muchas de mis metas de hace algunos años, me he planteado nuevas y estoy disfrutando de muchos éxitos a nivel personal que necesariamente me gratifican en cierta medida. También estoy en un punto de inflexión en el que se vienen muchos cambios (otra vez) que conlleva “la vida adulta” y que la verdad, me gustaría compartir con muchos de ustedes tanto a nivel personal como en la retroalimentación que generan estas líneas escritas al azar.

Quizá es por ello que decidí volver a escribir por acá. En los mentados tres años que ya tanto he mencionado, no he dejado de escribir. Al contrario, ahora publico para revistas especializadas de música y sitios web bien chingones, y de repente me piden asesorías para revisar algún artículo universitario o para echarles la mano en algún copy para campañas publicitarias, con lo que debo decir (quizá hasta suene presuntuoso) que hoy en día escribo mucho más y mucho mejor que hace tres años.

Por ende, creo que es buen momento para retomar el blog. A pesar de que uno se puede desahogar a sus anchas en Twitter, en Facebook, o en donde se le dé la gana, creo que no está mal compartir las andanzas cotidianas en un espacio propio. Ya sé, ya nadie lee los blogs, qué hueva andar escudriñando los pensamientos ajenos y cuanta pendejada quieran, pero como siempre lo dije desde el inicio de estos ejercicios: si alguien lee y/o comenta algún post, ya estoy del otro lado. Finalmente creo que esto es más para mí que para el público, pero si existe por ahí algún sujeto que comparta un punto de vista o se sienta atraído por algún contenido, bienvenida sea la retroalimentación.

En fin, dejándome de cursilerías, me gustaría escribir sobre los cambios fundamentales que percibo al día de hoy que les vuelvo a escribir algo (van enlistados para que se vea más mamón, goeeee).

  • 1    Soy más malhablado (o malescrito, mejor dicho).- Antes, escribir una mala palabra o malescribir de manera onomatopéyica o sarcástica (como goeee, PUM o dos-que-tres) me era imperdonable. Hoy en día, y con la proliferación de las redes sociales, creo que ya se vale usar este tipo de términos y además, me ayudan a separar la parte “periodística” (en la que de plano no me puedo permitir nada de esto) de la catártica. Vaya, me vale madres, pues.
  • 2.      El internet 2.0.- Estamos en una época muy chingona donde la información está al alcance de (casi) todos. Hoy en día hay más sitios especializados, se encuentra más música en la red y nos enteramos de todo de manera casi instantánea. También las dichosas redes sociales ayudan a que un post como este, sea más fácilmente difundido y en una de esas, leído. Buen momento para escribir pendejas, supongo.
  • 3.     Tengo un trabajo bien chingón.- Aunque de repente se me juntan mil cosas y me vuelvo loco, tengo oportunidad de hacer las cosas que me gustan y que visualizaba cuando estaba en la carrera. Está bien padre formar parte de uno de los grupos de información online más visitados en México y colaborar en proyectos interesantísimos vinculados a la música, el cine, los videojuegos y demás cosas, por lo que creo que puedo hablar de situaciones más interesantes que las simples andanzas de un servidor.
  • 4.     Tengo un mayor alcance.- Ya sé, ya debo parar de mamar con las redes; pero al final del día se vuelven una herramienta importantísima para la difusión y supongo que eso conlleva a una mayor exposición, por lo que espero que haya también una mayor retroalimentación y crítica.
  • 5.     Estoy más ruco.- Sí, aunque me duela. Ya estoy más cerca del tercer piso y eso me hace ver las cosas desde otro punto de vista. Ya me cagan más cosas y veo con más nostalgia las épocas pasadas. Creo que ese cambio necesariamente implica un estilo distinto de compartir con ustedes lo que se me vaya ocurriendo y contrastarlo con una que otra opinión que emita por ahí algún lector jovial que de repente se encuentre con esto.


La verdad, creo que me faltan muchas cosas por enumerar, pero digamos que las más importantes ahí están. Ya me extendí mucho, pero bueno, se vale porque estoy regresando a esta actividad. Ojalá, en verdad, que se animen a comentar, a compartir su punto de vista o simplemente a mentarme la madre. Ya los estaré leyendo por acá, y aunque no prometo nada, trataré de estar escribiendo constantemente para que no se pierda la costumbre.

Ahí nos leemos…  

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